sábado, 28 de marzo de 2015

Cómo podemos mejorar la hiperactividad infantil a través de la dieta


Actualmente, un niño por clase tiene TDAH diagnosticado, lo que representa un 5% de los niños en edad escolar. ¿Cuáles son sus causas?


Movidos, rebeldes, distraídos, con falta de concentración, bajo rendimiento escolar, dificultad para pensar antes de actuar… Estos son los síntomas de los niños que tienen lo que se conoce hoy día como déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Actualmente, un niño por clase tiene TDAH diagnosticado, lo que representa un 5% de los niños en edad escolar. ¿Cuáles son sus causas?

Aún no se saben con exactitud, aunque muchos especialistas apuntan hacia un origen de tipo genético y ambiental. Por un lado, hay la hipótesis de que estos niños tienen una alteración neuroquímica de las vías de la dopamina y serotonina que afecta al sistema de procesamiento de la información, y que los hace incapaces de distinguir entre las cuestiones importantes y las irrelevantes. Además, hay la creencia de que, entre las causas ambientales, destaca sobre todo una respuesta adversa frente a ciertos aditivos alimentarios, intolerancias alimentarias, aumento de la ingesta de metales pesados, sensibilidad a productos químicos ambientales y muchas otras sustancias contaminantes y neurotóxicas.

Sea como sea, los profesionales de la medicina convencional o alopática tratan a estos niños desde tres puntos de trabajo: farmacológico, psicológico e informativo, para ayudar a padres y profesores a saber las características de este trastorno. El medicamento más utilizado es el metilfenidato (Rubifen, Concert, Ritalin), que actúa bloqueando la recaudación de los neurotransmisores dopamina y serotonina. Mediante este tratamiento, se pretende mejorar la función cognitiva y el comportamiento del niño, pero no deja de tener efectos secundarios, como insomnio, disminución del hambre, mareos, irritabilidad, aumento de la tensión arterial y dolor abdominal, entre otros. También se suelen administrar antidepresivos a los niños con síntomas de depresión y que no han obtenido resultados con el primer fármaco. Este cóctel puede aumentar, evidentemente, el número de efectos secundarios.

¿Conocéis la historia de Gillian Lynne?

Cuando era pequeña, era un desastre en la escuela: no se podía concentrar, se movía mucho en clase, hasta el punto que sus padres creyeron que tenía un trastorno de aprendizaje. Hoy día seguramente le habrían diagnosticado TDAH, pero eran los años treinta y este trastorno aún no se conocía. Su madre la llevó al médico, que le pidió que les dejase solos para poder hablar. Cuando la madre se fue, el médico puso la radio que tenía en el escritorio, fue a buscar a la madre, le pidió que observase a su hija y le dijo: “Gillian no está enferma, ¡es una bailarina! Llévela a una escuela de danza”. Allí Gillian conoció a gente como ella, gente que necesitaba moverse para pensar. Con los años, fue solista del Royal Ballet, fundó una empresa propia –la compañía de danza Gillian Lynne–, conoció a Andrew Lloyd Webe y ha sido responsable de los musicales más reconocidos, como Cats y el Fantasma de la Ópera. Es la historia que cuenta en este vídeo Sir Robinson, reconocido en todo el mundo como un experto en creatividad y educación, para hablar de un modelo de educación nuevo que promueva la creatividad de los niños.
La dieta puede ayudar a mejorar los síntomas

Los nutrientes provenientes a través de la dieta no solo son necesarios para mantener las funciones fisiológicas diarias sino que, además, son imprescindibles para nutrir el sistema nervioso.
Hacia los años setenta, el especialista Feingold, alergólogo y pediatra norteamericano, afirmó que cerca del 50% de los niños con trastorno de hiperactividad era sensible a ciertos aditivos presentes en los alimentos. Anteriormente, en el año 1922, el científico Shannon había publicado un estudio que señalaba que la sintomatología en niños hiperactivos había mejorado en caso de restricción dietética. Estudios posteriores observaron también grandes mejoras cuando se eliminaban productos con muchos aditivos y alimentos como el trigo, lácteos, soja, azúcares… También se han hecho estudios que afirman que el consumo de azúcar aumenta los síntomas de hiperactividad y comportamiento agresivo.

Además, la suplementación nutricional natural puede ayudar a mejorar los síntomas de este trastorno y muchos especialistas optan por esta vía –junto a la dieta– antes de administrar un medicamento. Parece que las vitaminas del grupo B, los ácidos grasos esenciales omega-3, el magnesio y la alga Chlorella, junto a una modificación de la dieta, mejoran la atención, la capacidad de aprendizaje y el rendimiento escolar, y también la calidad del sueño. Los omega-3, tanto el EPA (ácido eicosapentaenoico) como el DHA (ácido docosahexaenoico), son necesarios para un funcionamiento óptimo del sistema nervioso. La dieta de estos niños debería incluir alimentos ricos en omega-3, como aceite de lino de primera presión en frío, pescado azul pequeño (como sardinas, boquerones), semillas de lino, calabaza, chía… pero también convendría valorar una buena suplementación nutricional. El magnesio es interesante porque actúa como relajante neuromuscular. Hoy día, debido al empobrecimiento del suelo, las verduras procedentes de la agricultura intensiva son pobres en magnesio; por lo tanto, debemos procurar consumir verduras ecológicas, cereal integral biológico, frutos secos y semillas oleaginosas.

Por otro lado, muchos especialistas recomiendan Chlorella, porque tiene una gran capacidad de eliminar los metales pesados acumulados en el organismo y, además, ayuda a limpiar el sistema digestivo, el hígado y la vesícula biliar. Se ha visto que los niños con déficit de atención y hiperactividad son más susceptibles a estos contaminantes, que llegan a través de los pesticidas y herbicidas de frutas y verduras, y a la contaminación ambiental, factores que pasan a ser potencialmente neurotóxicos y que les afectan al comportamiento. La Chlorella, como es rica en clorofila, presenta una gran afinidad por los metales pesados y toxinas del organismo y los arrastra y elimina gracias a que contiene mucha fibra. Una forma divertida y fácil de incorporarla es haciendo batidos de frutas o de hortalizas y añadiendo polvo de Chlorella o, para camuflar el sabor de mar tan acusado que tiene, se puede poner perfectamente en las cremas de verduras. Además, el consumo diario de algas como wakame, arame, dulse o kombu es una buena opción para ayudar a desintoxicar el cuerpo y, al mismo tiempo, remineralizarlo.

A pesar de todo, no debemos perder de vista que, actualmente, todo niño distraído, movido con bajo rendimiento escolar no se escapa de la etiqueta del TDAH: es la enfermedad de moda. Por eso, antes de dar medicación, es importante ver diferentes especialistas, corregir la dieta y, como padres, observarlo, animarlo a participar en los juegos con otros niños o con nosotros, detectar si lo que necesita es otro modelo educativo o desarrollar otras habilidades y capacidades artísticas. Porque, no nos engañemos, los niños son movidos por naturaleza y necesitan moverse, experimentar con la creatividad para poder pensar, razonar, aprender y crecer.

Otras informaciones de interés:
La revista American Journal of Psychiatry publicó en 2009 un artículo que demostraba la asociación entre el uso de fármacos psicoestimulantes utilizados en TDAH y la muerte súbita en pacientes jóvenes. El riesgo con metilfenidato se estimó en siete veces superior.
Greenhill, L. L.; Findling, R. L.; Swanson, J. M. A double-blind, placebo-controlled study of modified-release methylphenidate in children with attention-defi cit/hyperactivity disorder. Pediatrics (2002)
Richardson, A. J.; Montgomery, P. El estudio Oxford-Durham: estudio aleatorio controlado con suplementación dietética de ácidos grasos en niños con trastorno del desarrollo de la coordinación. Pediatrics (2005), 115; 1360-1366.

Chlorella
Zsolt T. Hörscik, Árpád Balogh. Intracellular distribution of chromium and toxicity on growth in Chlorella pyrenoidosa. Acta Biologica Szegediensis, 46(3-4):57-58, 2002.

Libro sobre TDAH con otro enfoque
Castells, Marta; Castells, Paulino. TDAH Un nuevo enfoque. Ediciones Península. Otra forma de tratar estos trastorno, tanto por lo que respecta a la prevención, como al tratamiento individualizado, que no pasa necesariamente por la medicación.

También hay una corriente que apuesta por otra manera de educar a los niños:
Pedagogia 3000. Noemí Paymal, antropóloga, creó el movimiento Pedagogia 3000, que integra conocimientos ancestrales de educación con las pedagogías más innovadoras y que constituye, hoy día, uno de las corrientes de educación holística con más proyección mundial.
La educación prohibida

tomado de: http://www.soycomocomo.es/alternativa/como-podemos-mejorar-la-hiperactividad-infantil-a-traves-de-la-dieta/