viernes, 22 de febrero de 2013

Cómo ayudar a los niños a superar sus miedos






El miedo de los niños es de caracter evolutivo. A medida que los niños van cumpliendo años, van pasando por diferentes etapas y van experimentando diferentes miedos infantiles, que cambian a medida que se van superando. Dentro de esta evolución, los niños deben ir superando unos miedos para enfrentarse con valentía a los siguientes. El problema de los miedos de los niños aparece cuando estos miedos no evolucionan, se enquistan y no desaparecen de una etapa a otra del crecimiento.

Superar cada miedo es importante. Generalmente, esto es algo que sucede de manera natural, pero a veces, no es tan fácil para algunos niños debido a que pueden estar vinculados a experiencias desagradables, por ejemplo. Los padres deben ser los primeros que deben darse cuenta de esta circunstancia y ayudar a sus hijos a superar sus miedos.

¿Cómo ayudar a superar los miedos de los niños?

1. Miedo a los extraños

a) Es el primer miedo que se manifiesta en el bebé alrededor de los nueve meses. A esta edad, empieza a extrañar a sus adultos de referencia cuando no están cerca y no quiere abandonar los brazos de papá y de mamá para quedarse con otra persona, que aunque la haya visto antes, probablemente no la recuerde.

b) Hablar con personas desconocidas es un riesgo, que los niños deben aprender, pero evitando que aumenten sus miedos, transmitiendole siempre confianza y seguridad. Enseñale a ser precavido y a no aceptar objetos, caramelos o invitaciones de extraños.
Educación positiva: Respeta el miedo del niño y no le menosprecies por tener miedo, diciéndole que es un miedoso… Elogia sus avances aunque sean mínimos y así le ayudarás a ser cada día un poco más valiente. Para evitar que tu bebé manifieste un acusado miedo a la separación de sus padres, desde los seis meses fomenta el contacto con familiares y otras personas, para que cuando llegue el momento esté familiarizado con otras personas.

2. Miedo a la separación

Generalmente, se focaliza en la figura de la madre y tiene lugar al inicio de la escuela infantil o del colegio o debido a un divorcio. Este miedo surge cuando el niño sufre al ser separado de las personas a las que está afectivamente unido, sobre todo, de su madre.
Con la verdad por delante. Informar al niño con naturalidad sobre lo que está pasando, le ayudará mucho a superar su miedo. Es mejor para él hablarle abiertamente de que papá o mamá vendrá el fin de semana para jugar con él o a recogerle a la salida de la escuela, con un lenguaje claro y sencillo, que él pueda entender, que mentirle o disfrazarle la realidad, que en ocasiones puede alimentar más sus miedos que transmitirle tranquilidad.

3. Miedo a los cambios

Los hábitos y las rutinas aportan seguridad a los niños y bebés y, por tanto, un cambio de casa, de colegio, de cultura, de país, de amigos…. puede convertirse en una pesadillla para el niño. Para evitar que los cambios produzcan miedo en el niño, hay que anticiparse y contarle qué va a ocurrir, de esta manera, el niño podrá prepararse psicológicamente para la nueva situación. Es importante que le hables del nuevo cambio con optimismo y esperanza hacia una situación mejor.
Prepárale para lo que vendrá. Para evitar que los cambios produzcan miedo en el niño, hay que anticiparse y contarle qué va a ocurrir, de esta manera, el niño podrá prepararse psicológicamente para la nueva situación. Es importante que le hables del nuevo cambio con optimismo y esperanza hacia una situación mejor.

4. Miedo a la oscuridad

Evita que el niño sufra experiencias negativas y repentinas, y coloca en su dormitoriio una pequeña luz encendida o un piloto luminoso para que pueda ver y su habitación nunca esté a oscuras del todo. Uno de cada tres niños teme a la oscuridad.
Evita experiencias negativas y repentinas. Ten en cuenta que este miedo a la oscuridad puede surgir a partir una mala explicación de cuentos de monstruos, o a partir de pesadillas y situaciones imaginarias. Por este motivo, selecciona películas y programas infantiles adecuados a su edad y escoge lecturas apropiadas.

5. Miedo a los truenos y a las tormentas

Las tormentas y el ruido de los trueños que, en muchas escenas de ficción, están asociadas a relatos de miedo pueden hacer crecer el miedo de los niños a estos fenómenos naturales.
Evita sobreproteger a tu hijo. Para acostumbrar al niño a los truenos y a las tormentas, acércale desde pequeño a la ventana cuando llueva para que vea los truenos y los relámpagos como algo natural y normal relacionado con el mal tiempo. Explícale que se trata de un fenómeno natural pasajero, que no le hará ningún daño. Aprender a enfrentarse a los problemas desde pequeño, le convertirá en una persona independiente y con recursos propios para afrontar las complicaciones.

6. Miedo a los animales

La vida en las ciudades hace menos frecuente el contacto con animales, de manera que es normal que los animales, por desconocidos, causen miedo en los niños.
Mantén la calma en situaciones de estrés. Evita transmitirle el miedo a tu hijo o que te vea estresada o temosa ante la presencia de un animal. Conviene familiarizar a los niños con los animales desde que son pequeños. Enseñarles a respetarles y a cuidarles es fundamental para alejar su miedo. No obstente y siempre con naturalidad debes advertir al niño del peligro que puede correr si se acerca a un animal desconocido. En este caso, siempre conviene guardar la distancia.

7. Miedos escolares

Son muchos los miedos que giran en torno al colegio. En los niños más pequeños es común la ansiedad anticipatoria o el miedo en los momentos previos a la llegada al colegio y en los niños más mayores aparecen otros como el miedo al fracaso escolar y al castigo, el miedo social ante actividades que deben realizarse en público como leer, exponer un trabajo… y el miedo al malestar físico.
Fomenta la resolución de problemas por parte del niño. Debido a que los niños pasan la mayor parte de su tiempo en el colegio ayudarles a construir una sólida autoestima, que les proporcione seguridad en sí mismos, es lo más recomendable que podemos hacer los padres. Evita que siempre recurra a ti para obtener una solución, porque estarás impidiendo que desarrolle su autonomía e independencia.

8. Miedos nocturnos

La mayoría de los miedos nocturnos están relacionados con otros miedos como por ejemplo el miedo a la oscuridad, a la soledad, a la separación, a los sueños y pesadillas… Cuando el problema reside en la dificultad del niño para dormirse sólo conviene encontrar la causa real de su miedo para desmontarlo poco a poco.
Resta importancia a los miedos y temores de tu hijo. En ocasiones, conviene desdramatizar para desmontar el miedo del niño. Conviene recordar al niño que sus miedos son normales y que forman parte de su desarrollo.

9. Miedo al daño físico

Saltar de un trampolín, ir a demasiada velocidad en la bicicleta… puede suponer un riesgo para la integridad física de los niños. Algunos pueden dejar incluso de hacer algunas actividades deportivas por miedo al daño y al dolor debido a las faltas personales o entradas en el terreno de juego.
Potencia la valentía del niño. Anímale a realizar el deporte o la actividad física que le gusta, para que se vaya enfrentando poco a poco a situaciones que le provocan temor. Subraya sus comportamientos valerosos.

10. Miedo a la muerte

Una experiencia negativa en torno a la pérdida de un ser querido puede desencadenar el miedo a la muerte en el niño, por no saber qué nos espera más allá de la vida.
Disimula tus temores. Muchas personas prefieren no pensar en este tema, pero recuerda que los niños aprenden por imitación y tu hijo podría desarrollar fobias sólo porque las tienes tú.


Marisol Nuevo. Editora de GuiaInfantil.com
Cómo ayudar a los niños a superar sus miedos

GHB - Informacion difundida por http://hermandadblanca.org/

http://hermandadblanca.org/2012/09/08/como-ayudar-a-los-ninos-a-superar-sus-miedos/

Dormir al bebé: errores y aciertos de los padres

El sueño infantil es un tema muy importante para los padres, ya que del sueño de nuestro hijo depende nuestro descanso, tener buena cara, estar descansado para trabajar, tener energía para hacer algo de ejercicio o tiempo para uno mismo. Si nuestro hijo duerme mal nos preocupamos, el tema forma parte de nuestras tertulias e incluso lo consultamos con el pediatra, pero ¿de qué depende?

El vínculo afectivo influye en el sueño del bebé



Hasta ahora se creía que los hábitos y costumbres del bebé a la hora de conciliar el sueño eran determinantes. La rutina de horarios y costumbres, como bañar y acostar al bebé siempre a la misma hora, evitar encender la luz si llora por la noche, acostumbrarle al día y la ncohe mediante luz y oscuridad, evitar dormirle en brazos y al pecho o acunarle en exceso hasta que se duerma, procurando que el bebé aprenda a dormirse solito, son algunos de los consejos que durante años hemos aprendido los padres tras el nacimiento de nuestros bebés.

¿Qué influye en los patrones de sueño de los bebés? ¿Por qué dormir bien es mucho más fácil para algunos niños pequeños que para otros? Un reciente estudio ha analizado las conductas de las madres en relación al sueño de sus bebés y ha llegado a la conclusión de que las emociones, que son la forma más básica de comunicación entre los bebés y los padres, influyen de manera determinante en el sueño de los bebés. Así, cuando los padres son más receptivos y responden adecuadamente a las señales de sus hijos, el comportamiento específico o rutina de los bebés a la hora de acostarse es más positivo y promueve un mejor sueño.

Y es que el sueño es como una especie de separación nocturna para padres e hijos, que puede generar ansiedad en uno u otro bando. Las interrupciones del sueño de los bebés pueden estar motivadas para establecer de nuevo el contacto con sus padres, su atención, entrando así en una espiral que no termina nunca. Por tanto, el vínculo afectivo con el bebé puede mejorar notablemente la calidad del sueño de toda la familia.

Llevar al bebé en brazos, para mecerlo, cantarle, alimentarle, mirarle detenidamente o besarle sienta tan bien a los padres como a los bebés. Encontrarse atendidos y entendidos es tan positivo que no me extraña que todas estas muestras de amor y de afecto mejoren la calidad del sueño infantil, ya que proporcionan un bienestar emocional y una seguridad difícil de igualar. Los psicólogos han denominado a estas conductas, que a los padres nos salen naturalmente del corazón, conductas nutrientes. Aliméntalas y verás como vuestro descanso y el sueño del bebé saldrán beneficiados.

Marisol Nuevo. Editora de GuiaInfantil.com
Dormir al bebé: errores y aciertos de los padres

–> VISTO EN: http://www.guiainfantil.com/blog/salud/sueno/dormir-al-bebe-errores-y-aciertos-de-los-padres/
GHB - Informacion difundida por http://hermandadblanca.org/

http://hermandadblanca.org/2012/08/26/dormir-al-bebe-errores-y-aciertos-de-los-padres/

La Relación del Autismo Infantil y las Vacunas.

Nuevos datos empíricos confirman síntomas de autismo infantil relacionados con la exposición al acetaminofeno y al aluminio presente en algunas vacunas.

En esta ocasión ha sido un estudio publicado por el MIT, en concreto (Computer Science and Artificial Intelligence Laboratory, Massachusetts Institute of Technology, Cambridge, MA 02139, USA & Internal Medicine Group Practice, PhyNet, Inc., Longview, TX 75604, USA).

La cuestión reviste un especial interés, ya que el reciente estudio analiza los efectos del Aluminio y el acetaminofeno en el marco de la vacunación infantil, y en el ámbito de la RSC (Responsabilidad Social Corporativa).

El estudio realizado por Seneff, S.; Davidson, R.M y Liu, J, pone de relieve :


El autismo es una condición que se caracteriza por deterioro de las habilidades cognitivas y sociales, asociadas a un compromiso de la función inmune. La incidencia es alarmantemente y va en aumento, y los factores ambientales son cada vez más sospechosos de jugar un papel importante.

El autismo ha aumentado de manera constante desde finales del pasado siglo, durante un período en que el mercurio se está eliminando de forma gradual, mientras que la carga de aluminio adyuvante ha ido incrementándose.

En el estudio de EE.UU se identifica varios signos y síntomas que son significativamente más prevalentes en los informes tras de las vacunaciones después del 2000, incluye celulitis, convulsiones, depresión, fatiga, dolor y muerte, y que también se asocia significativamente con vacunas que contienen aluminio.

El estudio propone que los niños con diagnóstico de autismo son especialmente vulnerables a los metales tóxicos como el aluminio y el mercurio debido a insuficiente sulfato sérico y glutación. Parece existir una fuerte correlación entre el autismo y la vacuna triple vírica (sarampión, paperas, rubeola) se observa también, lo que, en parte puede explicarse, por un aumento de la sensibilidad al paracetamol administrado para controlar la fiebre.

Dejamos aquí el estudio para aquellos que deseen profundizar sobre la materia. Realmente lo que se cuestionan no son las vacunas, sino los denominados componentes coadyuvantes o aditivos que son accesorios de la propiedad principal de la vacunación.

La cuestión de base reviste especial interés en el marco de la Responsabilidad Social Corporativa, ya que los efectos secundarios, podrían ser evitados utilizando otro tipo de excipientes inocuos para las funciones de los receptores AMPA y NMDA.

Seguidamente, reproducimos el abstract del estudio:

Abstract: Autism is a condition characterized by impaired cognitive and social skills, associated with compromised immune function. The incidence is alarmingly on the rise, and environmental factors are increasingly suspected to play a role. This paper investigates word frequency patterns in the U.S. CDC Vaccine Adverse Events Reporting System (VAERS) database. Our results provide strong evidence supporting a link between autism and the aluminum in vaccines. A literature review showing toxicity of aluminum in human physiology offers further support. Mentions of autism in VAERS increased steadily at the end of the last century, during a period when mercury was being phased out, while aluminum adjuvant burden was being increased. Using standard log-likelihood ratio techniques, we identify several signs and symptoms that are significantly more prevalent in vaccine reports after 2000, including cellulitis, seizure, depression, fatigue, pain and death, which are also significantly associated with aluminum-containing vaccines. We propose that children with the autism diagnosis are especially vulnerable to toxic metals such as aluminum and mercury due to insufficient serum sulfate and glutathione. A strong correlation between autism and the MMR (Measles, Mumps, Rubella) vaccine is also observed, which may be partially explained via an increased sensitivity to acetaminophen administered to control fever. fuente

Pueden descargar el estudio completo desde aquí: (http://www.mdpi.com/1099-4300/14/11/2227)

MAS INFO: http://buenasiembra.blogspot.com.ar/2011/06/alerta-vacunas-que-modifican...

http://buenasiembra.blogspot.com.ar/2011/03/vacunas-no-gracias.html

http://noticiasdislocadas.com/general/cuidado-con-ibuprofeno.html-0